Luciana Val y Franco Musso: El tándem fotográfico de la moda

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La dupla creativa Val-Musso se formó mediante prueba y error y llegó a retratar las portadas de las revistas más prestigiosas de Argentina y Europa. Desde Bellas Artes y Para Ti, hasta Vogue, Cartier y Louis Vuitton, sin escalas.

“Tenés que encontrar cuál es la fórmula perfecta para trabajar con tu pareja y embarcarte en los proyectos que te apasionan”, Franco Musso

Se conocieron en los 90 en una fiesta de fin de año de la secundaria de la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, en Buenos Aires. Él tenía 16 años y ella, 19, y más allá del colegio, comparten desde chicos una estética sofisticada y onírica que hace viajar al ojo a través de las imágenes que llevan la impronta Val-Musso. “Desde la adolescencia que no nos separamos”, dice Luciana Val (48), la fotógrafa que se formó en artes plásticas y dominó el lente junto a Franco Musso (44) en París, mientras él modelaba por las capitales europeas para las marcas globales más importantes de indumentaria.

¿Cómo comenzó esta aventura?
Val: En la agencia de modelos de Franco me ofrecieron hacerles retratos a los modelos para sus books, así que, además de trabajar como babysitter, empecé a hacerlo para subsistir. A la par, como su trabajo le dejaba mucho tiempo libre, comenzamos a investigar y a formarnos a través de los libros de arte de las bibliotecas públicas, como la del Centre Pompidou. Íbamos y nos pasábamos horas ahí adentro mirando fotografías de Man Ray, de Richard Avedon, y les sacábamos fotos con una camarita web que usábamos para comunicarnos con nuestras familias. Pero todo cambió cuando nos presentamos en el Festival de Moda y Fotografía de Hyères, en Francia, uno de los eventos más importantes de la industria. Armamos un porfolio a partir de fotos que nos representaban, lo mandamos y nos olvidamos. Ese verano, nos enviaron un mail para avisarnos que habíamos quedado seleccionados, y gracias a ello conseguimos la representación de Katy Barker, la misma agente del fotógrafo Terry Richardson.

Se les abrieron las puertas del cielo.
Musso: Totalmente, pero si bien vivir en París puede sonar muy lujoso, la peleamos desde abajo, fue muy duro. En ese momento, íbamos a la Argentina todo el tiempo. Yo modelaba y Luli trabajaba como fotógrafa en varias revistas como Para Ti y la dominical de La Nación. Nuestra formación en artes plásticas nos sirvió para tener criterio en el uso del color, la estética y composición de la imagen, pero la técnica y los gajes del oficio los aprendimos quemando miles de rollos. Fue todo prueba y error.

¿Cómo comienzan a crear un concepto para las editoriales de moda?
Val: Todo empieza con el trabajo conjunto de la directora de moda y las estilistas, quienes tienen a su disposición los mejores percheros de ropa de todo el mundo, porque todas las marcas quieren estar en sus páginas. Allí se elige qué fotógrafo es el más indicado para ese lenguaje. Una vez que nos contactan, nos hacen una bajada y a partir de ahí nosotros proponemos con qué modelo nos gustaría trabajar, en qué locación, además de los maquilladores, los decoradores y los retocadores. Proponés un equipo de gente para construir el lenguaje al que querés llegar. Para eso hace falta un presupuesto, claro, y sobre la base de estos recursos se define qué es lo que se va a hacer. Entre nosotros dibujamos mucho a la hora de crear los sets de fotografía, porque es el lenguaje con el que mejor nos hacemos entender, aunque a veces las marcas prefieren trabajar con imágenes de referencia.