Galán histórico de la televisión nacional, a los setenta y cinco años sigue buscando desafíos. “Hacer lo mismo, ya no”, sostiene. Hoy protagoniza Mentiras inteligentes en teatro y apunta a seguir su carrera en el cine. El año pasado escribió y publicó con Editorial Planeta su autobiografía, Por lo que usted y yo sabemos. Aunque no se considera nostálgico y asegura que no es de mirar hacia atrás, el proyecto lo convocó a repasar su vida.
Voy a volver a la TV el día que alguien me ofrezca algo que realmente me dé la posibilidad de mostrarme en algo diferente
Naciste en San Bernardino, viviste en Asunción, y después en Argentina y Venezuela, ¿cuál es tu lugar?
Este, Buenos Aires. En la época en la que viajaba mucho por trabajo, en muchos de los lugares a los que iba, fantaseaba con la idea de quedarme a vivir. En Puerto Rico compré un departamento, pero lo hice más para invertir que por ganas de quedarme ahí. He soñado con vivir en New York, he soñado con vivir en Los Ángeles y, más recientemente, he pensado en volver a Asunción, donde tengo una casa.
Sos de ciudad
Sí, soy de ciudad. Necesito vivir en un departamento de donde baje y tenga, a la vuelta, un café. Tengo algunas cosas que hago todos los días: rezo en la cama antes de levantarme y, cuando me acuesto a la noche, bajo siempre de la cama con el pie derecho, y todos los días voy a un café, a una mesa en la vereda, a leer el diario y ver pasar la gente.
¿En función de qué elegís tus trabajos?
Quiero que me entretengan y me diviertan. Y que me signifiquen un escalón más. Hacer lo mismo, ya no. Cuando la gente me pregunta cuándo vuelvo a la televisión, respondo que va a ser el día que alguien me ofrezca algo que realmente me dé la posibilidad de mostrarme en algo diferente.
¿Qué te gustaría que te pase, que no te haya pasado todavía, en tu carrera?
Me gustaría seguir mi carrera como director. Me gusta mucho el cine. Dirigí Lectura según Justino, mi primera película, en la que cuento algunas cosas de mi infancia. Me inspiré un poco en Amarcord, de Federico Fellini, que es mi preferido. Si Dios quiere, y va a querer, este año la voy a poder estrenar en Argentina. Tengo un guion escrito para otra película, pero primero quiero que se estrene aquí la primera.
¿Qué te compraste con tu primer sueldo?
Cuando tenía casi dieciséis años, trabajaba en una radio, aunque no ganaba un dinero mensual, sino que hacía un radioteatro y me pagaban algo. Al salir, pasaba siempre frente a un lugar donde hacían bizcochuelos y licuados. En mi casa no había licuadora, así que, cuando me dieron un dinerito, me di el gusto y me compré un licuado de banana con una porción de bizcochuelo.
¿Y lo primero que compraste con un ahorro importante?
Un departamento. Un compañero más grande, Mario de Rosa, me aconsejó y me recomendó un departamento muy barato y lindo en Flores. Lo vi y me lo compré. Fue mientras hacía la novela Pobre diabla, con Solita Silveyra. Nos fue muy bien.