Andrea Campbell: “Creo en ponerles dedicación y esfuerzo a las cosas”

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Fue modelo, conductora de radio y televisión, y actriz. Hace un par de años retomó su primer amor: la abogacía. Ya plantada en su nueva-vieja profesión, volvió a la tele: “Las dos cosas son parte de mi historia”.

«Si podés soñarlo, podés hacerlo»

“Tengo una frase que se las digo a mis hijos y la uso para mí, y que he comprobado que se cumple: ‘si podés soñarlo, podés hacerlo’. He tenido muchos sueños en mi vida y los he podido concretar, gracias a Dios y a un gran esfuerzo y dedicación. Solamente en el diccionario la palabra ‘éxito’ viene antes que sacrificio. Siempre me dedico mucho a aquello que deseo y he tenido grandes satisfacciones”, afirma.

Mientras estudiaba abogacía, ya trabajaba como modelo. Ambos oficios, muy disímiles entre sí, constituían dos viejos anhelos suyos. A seis materias de recibirse, el modelaje le deparó una temporada de diez meses en Madrid, España, y ahí la abogada entró en una pausa larga para darle rienda suelta a la mujer de medios, que de modelo pasó a conductora de radio y televisión, y también fue actriz. Hoy, luego de un tiempo largo de haber estado alejada del medio, regresó a principios de año para sumarse al panel de Los ángeles de la mañana, programa al que, una vez que retome plenamente el trabajo de abogada, regresará de vez en cuando.

«Siempre supe, desde que entré a trabajar en estudios jurídicos, que quería ver cómo fusionar eso con lo mediático»

¿Cómo te sentiste con esta vuelta a la tele?

Muy bien. Antes, cuando trabajaba más de lleno en tele y era mi principal profesión, cuidaba más mi imagen y lo que decía. No es que ahora no lo cuide, sino que ya no estoy buscando público ni clientela para que me mire. Por eso me siento más libre para decir lo que tengo ganas, ya que no dependo económicamente de la televisión ni de la radio. Actúo menos estratégicamente. Es mejor así, me encanta. Lo disfruto muchísimo, me estoy divirtiendo un montón.

Alguna vez dijiste que sos teleadicta…

Desde chiquita, sí. Miraba desde que empezaba la programación hasta que terminaba, me encantaba la tele. Ahora la tengo en general apagada, porque quiero un poco de silencio cuando llego a casa. En un momento de mi vida, llegaba a casa y prendía la tele, aunque no la mirara. Ahora no. Es que, si trabajás, estudiás y tenés hijos, es imposible que mires mucha tele.

¿No necesitás ver más para el programa?

No, me entero de todo ahí, con mis compañeras. Es algo que las mujeres enseguida enganchamos. Y los hombres también, porque son chusmas como nosotras. Me encantaría mirar más, pero no estoy en casa. Antes, cuando trabajaba en tele y era más famosa, no podía creer que hubiera gente que no mirara tele. Ahora lo entiendo. Viene mucha gente al programa de Ángel, chicas divinas que son recontrafamosas, y yo no conozco sus historias, me perdí lo que les pasó…

¿Cuándo decidiste volver a la abogacía?

Hace muy poco. Soy una abogada atípica, porque tengo mi parte de espíritu libre: fui actriz, conductora, modelo. Fui de todo, soy medio buscavidas. Todo eso fue divertido hasta que dejó de gustarme, me empezó a dar un poco de pudor y ya no quise más hacer de otra persona. Volví a agarrar temas jurídicos y a trabajar hace unos cuatro años, y terminé de recibirme hace un año y medio, cuando me dieron la matrícula. No me costó nada retomar el estudio. Soy muy perfeccionista y el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires me dio un premio a la excelencia académica. No me lo esperaba. Ahora doy clases en la UBA y en la UB, estoy totalmente dedicada a esto. Siempre supe, desde que entré a trabajar en estudios jurídicos, que quería ver cómo fusionar eso con lo mediático. Las dos cosas forman parte de mi historia, yo conozco muy bien los medios desde hace mucho y son experiencias que forman parte de mí, de mi patrimonio.

El recorrido de Andrea en los medios arrancó en las diferentes campañas publicitarias que protagonizó como modelo, y se prolongó a la tele cuando se sumó al staff de Robocopia, conducido por Raúl Becerra y Raúl Portal. Ahí recibió el apodo de “Chispita”, del que se hizo y se hace cargo absolutamente, ya que define su efervescencia natural y su inquietud permanente. Como actriz, Andrea fue parte de Mi cuñado, Buenos vecinos, Campeones de la vida, Gasoleros y Champs 12, entre otras ficciones. Y durante años estuvo al frente de un programa de radio, medio al que ingresó gracias al aval de su amigo Juan Alberto Badía.